martes, 28 de junio de 2011

Pulir la piedra...

Nadie nace sabiendo, reza la sabiduría vernácula.

Y tampoco nadie nace perfecto, pero todo ser pensante y creyente es perfectible.

La obra de Dios -el Hombre y la Creación- se perfecciona día con día gracias a su Luz y a su Palabra revelada en el corazón del hombre por medio de su Gracia y de su Espíritu.

Por eso, el ser humano se pule a sí mismo con mazo y cincel, y gradualmente se va haciendo a sí mismo cada día; se va construyendo, y con su propia voluntad y esfuerzo y con la Gracia del Gran Arquitecto del Universo, Creador Omnipotente, Eterno, Inmutable y Justo -con su Luz y con su Espíritu-, el constructor va encontrando las formas de superar sus escollos y rebabas que le mantienen en las tinieblas, allá en el occidente de su templo interior.

La educación universal, nos cubre con su manto y gracias al estudio -el pulimiento de nuestra piedra en bruto- vamos por ahí caminando y tratando de encontrarnos a nosotros mismos y hallar así a Dios. Por eso decimos el decir popular: A Dios rogando, y con el mazo dando.

Dicho de otro modo: Ayúdate que yo te ayudaré.

Confucio, el pensador chino, proclamó una gran verdad:

Estudiar equivale a pulir la piedra, y a fuerza de cultivarla se purifica el espíritu.

jueves, 23 de junio de 2011

El Silencio del Aprendiz

Muchas escuelas iniciáticas, tanto en oriente como en occidente, contemplan el silencio de los Recién iniciados.

Zoroastro y Pitágoras, tenían previsto en sus respectivas escuelas un período de tres años de silencio para sus AAp:.

En la masonería del siglo XVII el lapso de estancia reglamentaria de un H:. en la Col:. N:. era de 7 años. Al no permitirse el testimonio escrito del trabajo masónico y por tanto, no existir bibliografía sobre el tema, la única forma de adquirir conocimiento de la Orden en cuanto a sus principios, fines, organización, simbolismo, filosofía, ceremoniales, etc., era asistiendo con regularidad a las Tenidas. Aquel que quería instruirse debía asistir con regularidad, procurando observar, meditar, intuir y callar.

En la masonería, el Silencio del Ap:. está lejos de constituir una medida vejatoria o autoritaria, tendiente a frustar o a hacer menos al recién iniciado. Al contrario, es un instrumento educativo, de formación iniciática, que por tanto debe asumirse con plena conciencia de sus beneficios.

Una vez dentro de la Orden, el neófito debe de guardar silencio en trabajos abiertos, aprovechando sus energías y vitalidad para concentrarse y escuchar, a fin de aprehender con sus sentidos todo aquello que le permita su crecimiento positivo interior.

Si por algún motivo excepcional el Ap:.  requiere de hacer oficialmente uso de la palabra en trabajos abiertos, deberá hacerlo por conducto del S:.V:. o un H:.MM:. También podrá hacer uso de ella a invitación expresa del V:.M:.

Sin embargo, en pasos perdidos y en la Sala Húmeda, durante el ágape fraternal de costumbre al final de cada Ten, los AAp:.  pueden preguntar, comentar, etc. todo lo que deseen sobre los temas tratados en esa ocasión o derivados de alguna lectura o experiencia vividas entre una tenida y otra. En todo caso, los MM:. tienen frente a ellos el compromiso de aclarar sus dudas, orientarlos para su avance por el camino de la iniciación masónica.

Hoy en día millares de libros, el avance de la Internet y sus redes sociales, nos brindan una cantidad inagotable de información documental, lo que permite al que se interesa y pone manos a la obra, adquirir una visión más amplia y un avance más rápido en el conocimiento de todo aquello que en su conjunto podemos llamar "información masónica".

Sin embargo, cabe señalar que esta información constituye solo una parte -de forma, no de fondo- de lo que podemos llamar en su conjunto "lo masónico" o mejor aún "el Saber Masónico".
Existen muchas cosas en la Masonería que por su propia naturaleza no se pueden enseñar en los libros, los videos, ni en la Internet. La experiencia iniciática, El efecto transformador experimentado al participar en la ejecución de los Rituales, el Amor Fraternal derivado del trabajo esotérico, la Tolerancia y en general el pleno ejercicio de la libertad de conciencia en tanto que integrantes de la ética masónica, solo pueden aprenderse en los Trabajos de Logia.

De ahí la importancia de aprender a hacer uso de esta muda pero primordial herramienta para la construcción de nuestro Templo.

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Cuando callas también hablas de ti mismo
Cuando callas un secreto conozco tu fidelidad de amigo
Cuando callas tu propio dolor conozco tu fortaleza
Cuando callas ante el dolor ajeno conozco tu amor al prójimo
Cuando callas ante la injusticia conozco tu valor y compromiso
Cuando callas ante lo imposible conozco tu madurez y dominio de sí
Cuando callas ante la estupidez ajena conozco tu sabiduría
Cuando callas ante los fuertes y poderosos conozco tu altura de miras
Cuando callas ante lo que ignoras conozco tu prudencia
Cuando callas tus propios méritos conozco tu humildad y grandeza.

Renée Trossero.

Sabiduría, Fuerza y Belleza

La Logia descansa sobre tres columnas llamadas Sabiduría, Fuerza y Belleza, estando representadas en el taller por el V M, PV, SV, la Sabiduría dirige nuestras acciones, la Fuerza nos sustenta en los momentos de pruebas y dificultades, la Belleza adorna nuestras vidas y nuestras almas.

Las tres columnas están representadas en tres estilos diferentes de la arquitectura griega: Dórico, Jónico, Corintio, representando los tres personajes principales de las Leyendas Masónicas: el Rey Salomón; Hiram, Rey de Tiro e Hiram Abif.

Las tres columnas simbolizan el principio ternario en todas sus expresiones, el número TRES, tiene especial significado para los Aprendices, los principios de la Masonería LIBERTAD – IGUALDAD – FRATERNIDAD.

La Escuadra y el Compás

La escuadra es una herramienta con la que podemos trazar ángulos rectos, es inamovible, y por lo tanto es una herramienta de referencia para conocer si una representación respeta sus proporciones.

La explicación principal de este símbolo es la disciplina. La escuadra nos guía en la rectitud de nuestras acciones cotidianas, y no en vano es ésta la primera enseñanza que debe interpretar un Aprendiz de Masonería (1er grado simbólico).

El primer grado simbólico de la Masonería, el de Aprendiz, se representa por una escuadra y un compás, donde la escuadra está situada sobre el compás, éste último abierto a 45º.
El segundo grado simbólico de la Masonería, el de Compañero, está representado por la misma escuadra y compás, con la diferencia de que una de las puntas del compás se sitúa sobre la escuadra, quedando la otra punta debajo.

Y finalmente el tercer grado simbólico, el de Maestro, se representa por escuadra y compás, donde éste está encima de la escuadra.
Pero, ¿por qué esta asociación entre compás y grado de Maestro? Tal vez la respuesta esté en la explicación del símbolo del compás.

Ya hemos visto que las referencias de la escuadra son inamovibles, sin embargo en el compás es todo lo contrario. El usuario del compás decide su medida. Un compás es una herramienta que, teóricamente puede trazar círculos desde un punto hasta infinito, si abrimos las puntas del compás a 180º.

El compás simboliza la igualdad entre las personas, ya que los infinitos puntos que componen el trazado del círculo están todos a la misma distancia de su centro. Por otro lado es un símbolo de libertad, de la que el usuario del compás es dueño, abriendo y cerrando sus puntas desde la nada hasta el todo.

Este es el motivo por el que el compás está escondido debajo de la escuadra en el símbolo del primer grado de la Masonería, precisamente para que el Aprendiz de Masón aprenda la rectitud antes de tener plena responsabilidad.

En el segundo grado, al Compañero Masón se le presentan los conocimientos que tendrá que aprender y madurar, y para representarlo, una de las puntas del compás asoma por encima de la escuadra.

Y finalmente, el Maestro Masón, poseedor del Conocimiento y de la Razón, sitúa el compás sobre la escuadra, que no le exime de seguir siendo recto en su vida masónica y profana.

La Masonería

La Masonería no deja indiferente a nadie. El simple hecho de escuchar esta palabra, o conocer a alguien que es masón, provoca una extraña mezcla de sentimientos difíciles de explicar.

Tal vez es la ignorancia, o quizá el no quererse molestar en indagar más en la verdad sobre esta Orden. La realidad es que todavía hay personas que, o bien no conocen nada en absoluto sobre la Masonería, o tienen un concepto negativo de ella.
La Masonería, actualmente, es un punto de encuentro para personas con inquietudes culturales, sociales y espirituales. Es una Orden iniciática, por tanto para ser masón, se precisa pasar por un ritual de iniciación.
En general, casi todas las iniciaciones implican la muerte simbólica en la vida profana para un “renacimiento” en una nueva vida. La Masonería no es distinta en este sentido. Al profano se le hace una serie de pruebas antes de su ingreso en la Orden, para finalmente poder ver la Luz; Esta muerte y renacimiento son obviamente simbólicos.

Los símbolos son una parte esencial en Masonería. No se puede concebir a un masón sin que conozca la simbología masónica. De hecho, cada vez que un masón se reune en Logia (que en sí misma es otro símbolo), los rituales practicados son recreaciones de pasajes históricos, bíblicos o de leyenda. De estos relatos, los masones deben interpretar sus símbolos para comprender, de forma individual, su significado.

Las joyas móviles


Las tres joyas móviles de la Logia son la Escuadra, el Nivel y la Plomada. Éstas penden junto a los collares del V:.M:., el P:.V:. y el S:.V:. correspondientemente.

Como la Escuadra y el Compás, el Nivel y la Plomada están generalmente aparejados en nuestro Ritual, por su interrelación simbólica, sus enseñanzas morales y su utilidad en la Construcción del Templo. Herramientas tan antiguas como nobles, la una utilizada en obra arquitectónica para asegurar las horizontales y la otra para verificar verticales. Se asocia simbólicamente al Nivel con la Igualdad y la Plomada con la Integridad y la Verticalidad.

La Plomada, perpendículo - o mejor, Regla Plomada - como Joya del S:.V:., simboliza un rasgo fundamental de su gobernación de los HH:.AA:. y de la necesaria verticalidad de nuestra orden. Es la que expertamente utiliza para medir o “aplomar” la calidad del candidato antes de iniciarse. Acción que proviene del Arte de la Construcción donde la precisión se traduce en integridad estructural y es menester buscar con la indispensable Plomada, a modo que las columnas y muros esten verticales desde las bases horizontales, pues en caso contrario, éstos serán débiles frente a la fuerza gravitatoria inexorable, incluso peligrando los elementos contiguos. Es entonces directa la analogía moralista de su utilidad en nuestra Orden Especulativa, donde cada uno de nosotros Constructores debemos cuidar nuestra Plomada, en aras de la Fraternidad y su posicionamiento en la comunidad.

Con esta herramienta el Masón procurará equilibrar los platillos de la justicia, observar la justa mediana entre avaricia y derroche, entre envidia y desdén, entre opiniones desencontradas, entre disipación y quietud, entre conductas intensas e indolentes.

Como actores humanos en nuestra sociedad y en la vida familiar, nos encontraremos muchas veces con la tentación, con lo fácil, con lo egoísticamente conveniente, la desviación, el desvarío. Antes de tomar una acción cuyos efectos finales no siempre sepamos, izemos esta herramienta frente nuestro, detengámosla brevemente y contemplémosla: en su reposo activo la Plomada nos mostrará la Vertical, el camino de la rectitud y de la elevación sin importar donde estemos en el espacio-tiempo. Infalible, es un símbolo de humilde dignidad, de rectitud de conducta, invariabilidad, integridad de vida, probidad, honestidad, equidad, coherencia de conducta, justicia, cualidades todas que hacen y destacan a un hombre de buenas costumbres.

La Plomada tiene una relación estrecha con el deber. Su función consiste en igualar las piedras de una construcción, de hacerlas encajar en una hilada, de evitar desviaciones. Seduce por su humilde dignidad, su rectitud sobria, nada aplastante, simplemente indispensable.

Es así la Plomada nuestra herramienta personal, nuestra consciencia, que nos permitirá distinguir el bien del mal sin la necesidad de depender de los patrones de otros.

Observándola iniciáticamente, es la Plomada el que determina la dirección entre nadir y cenit, es el eje del mundo que nos rodea. Es el símbolo que representa el Conocimiento activo del Arte Real del Masón en cada etapa de existencia: comienza desde su base conocida, luego profundiza en sí mismo, en su centro, en sus fundamentos, para luego elevar su Templo en dirección vertical sin límites, independiente del espacio-tiempo, hacia el Punto Fijo, hacia lo Eterno, hacia la Verdad, hacia lo Absoluto, hacia la Perfección.

Recíprocamente, partiendo desde el Punto Fijo, recorriendo por el cordón de plata, la Plomada representa el orden de la transmisión de Su Luz, Su influencia espiritual, Su inteligencia, hacia toda manifestación. Es análogamente la relación natural y jerárquica entre Maestro y Aprendiz, entre las Luces y los Hermanos del Valle.

Es la Plomada la que nos indica el camino más corto de elevación entre relativos planos de existencia, entre estados del Ser, revela la conexión entre el Arriba del Abajo, entre lo Divino y lo Terrenal. Como corolario geométrico, cualquier otro camino recorrido distinto de la Vertical será posible pero mucho más trabajoso.

El Aprendiz en sus primeros pasos silenciosos debe aprender tomar con cuidado ese hilo y peso, inicialmente Pasivo, suspenderlo desarrollando el aspecto Activo, sentir la tensión necesaria para tender a lo Alto, y mediante el reposo y estabilidad de lo denso encontrar la Vertical. Al principio, la dirección resultante podrá variar de la Vertical, debido a ciertas perturbaciones desfavorables impuestas por el mundo externo. Pero al tiempo, el peso de sus virtudes, sus buenas obras, sus conocimientos, acumularán para hacer que su Plomada se imunice de las resonancias de los agentes desordenados y sea aún más invariante en su única dirección vertical, edificante y verdadera.