jueves, 23 de junio de 2011

El Silencio del Aprendiz

Muchas escuelas iniciáticas, tanto en oriente como en occidente, contemplan el silencio de los Recién iniciados.

Zoroastro y Pitágoras, tenían previsto en sus respectivas escuelas un período de tres años de silencio para sus AAp:.

En la masonería del siglo XVII el lapso de estancia reglamentaria de un H:. en la Col:. N:. era de 7 años. Al no permitirse el testimonio escrito del trabajo masónico y por tanto, no existir bibliografía sobre el tema, la única forma de adquirir conocimiento de la Orden en cuanto a sus principios, fines, organización, simbolismo, filosofía, ceremoniales, etc., era asistiendo con regularidad a las Tenidas. Aquel que quería instruirse debía asistir con regularidad, procurando observar, meditar, intuir y callar.

En la masonería, el Silencio del Ap:. está lejos de constituir una medida vejatoria o autoritaria, tendiente a frustar o a hacer menos al recién iniciado. Al contrario, es un instrumento educativo, de formación iniciática, que por tanto debe asumirse con plena conciencia de sus beneficios.

Una vez dentro de la Orden, el neófito debe de guardar silencio en trabajos abiertos, aprovechando sus energías y vitalidad para concentrarse y escuchar, a fin de aprehender con sus sentidos todo aquello que le permita su crecimiento positivo interior.

Si por algún motivo excepcional el Ap:.  requiere de hacer oficialmente uso de la palabra en trabajos abiertos, deberá hacerlo por conducto del S:.V:. o un H:.MM:. También podrá hacer uso de ella a invitación expresa del V:.M:.

Sin embargo, en pasos perdidos y en la Sala Húmeda, durante el ágape fraternal de costumbre al final de cada Ten, los AAp:.  pueden preguntar, comentar, etc. todo lo que deseen sobre los temas tratados en esa ocasión o derivados de alguna lectura o experiencia vividas entre una tenida y otra. En todo caso, los MM:. tienen frente a ellos el compromiso de aclarar sus dudas, orientarlos para su avance por el camino de la iniciación masónica.

Hoy en día millares de libros, el avance de la Internet y sus redes sociales, nos brindan una cantidad inagotable de información documental, lo que permite al que se interesa y pone manos a la obra, adquirir una visión más amplia y un avance más rápido en el conocimiento de todo aquello que en su conjunto podemos llamar "información masónica".

Sin embargo, cabe señalar que esta información constituye solo una parte -de forma, no de fondo- de lo que podemos llamar en su conjunto "lo masónico" o mejor aún "el Saber Masónico".
Existen muchas cosas en la Masonería que por su propia naturaleza no se pueden enseñar en los libros, los videos, ni en la Internet. La experiencia iniciática, El efecto transformador experimentado al participar en la ejecución de los Rituales, el Amor Fraternal derivado del trabajo esotérico, la Tolerancia y en general el pleno ejercicio de la libertad de conciencia en tanto que integrantes de la ética masónica, solo pueden aprenderse en los Trabajos de Logia.

De ahí la importancia de aprender a hacer uso de esta muda pero primordial herramienta para la construcción de nuestro Templo.

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Cuando callas también hablas de ti mismo
Cuando callas un secreto conozco tu fidelidad de amigo
Cuando callas tu propio dolor conozco tu fortaleza
Cuando callas ante el dolor ajeno conozco tu amor al prójimo
Cuando callas ante la injusticia conozco tu valor y compromiso
Cuando callas ante lo imposible conozco tu madurez y dominio de sí
Cuando callas ante la estupidez ajena conozco tu sabiduría
Cuando callas ante los fuertes y poderosos conozco tu altura de miras
Cuando callas ante lo que ignoras conozco tu prudencia
Cuando callas tus propios méritos conozco tu humildad y grandeza.

Renée Trossero.

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